martes, 5 de julio de 2011

Una lectura de Oscar Varsasky (1º Parte)

Ciencia, pol
ítica y cientificismo
Oscar Varsavsky
Centro Editor de Am
érica Latina, Buenos Aires, 1969.
Oscar Alberto Varsavsky (19201976)
Oscar Varsavsky naci
Curs
de doctor en Qu
en el Laboratorio de Investigaciones Radiot
cuando su sede holandesa fue ocupada por los alemanes y el que desorganiz
ó en Buenos Aires el 18 de enero de 1920.ó sus estudios universitarios en la Universidad de Buenos Aires donde obtuvo el gradoímica de la Facultad de Ciencias Exactas. Su vida científica se inició en 1943,écnicas que Philips organizó en Buenos Airesó
desmantel
primero en f
topolog
En la mencionada facultad se desempe
pr
dedicaci
con interrupciones, en las Universidades del Sur, de Cuyo y de Caracas.
En 1961 comenz
realidad social, dando nacimiento al grupo de Econom
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Fue uno de los
primeros y m
aplicados a las ciencias sociales. Muy pronto advirti
“eficientes” para tratar las cuestiones m
sus colaboradores un instrumento computacional relativamente novedoso denominado
ándolo cuando terminó la guerra. De la ciencia aplicada pasó a actividades teóricas –ísica cuántica, luego trabajó en diversas ramas de la matemática pura, comoía, lógica algebraica y análisis funcional hasta 1961.ñó en forma sucesiva como auxiliar de laboratorio de fisicoquímica, jefe de trabajosácticos de Análisis Matemático, profesor adjunto de Algebra y Topología y profesor conón exclusiva del Departamento de Matemática. Además dio clases de matemáticas,ó a usar su base científica en matemática para tratar problemas de laía Matemática del Instituto de Cálculo deás destacados especialistas mundiales en la elaboración de modelos matemáticosó que los métodos de moda no eranás importantes, y comenzó a estudiar y desarrollar con
Experimentaci
Entre otras cosas, fue miembro –desde 1958 hasta su muertedel
CONICET. A partir de
sus tratados (y de los primeros en lengua castellana) sobre la ense
Elemental mostr
estrictamente acad
En los
cient
por
conocimiento –de toda
comprensi
humanas en funci
caracter
trabajo previo destinado a plantear un sistema sociopol
la falsa conciencia t
Varsavsky la importancia que para los grupos sociales tiene la visi
posibilidades. Sus obras, fruto de un trabajo impresionante, demuestran su coherencia entre
palabra y acci
Realiz
la obsesi
un mecanismo que garantiza la sujeci
y las leyes del mercado. Estas ideas fueron su punto de partida para aspirar a una ciencia
realmente m
Pol
Constructivo para Estilos Sociales, Proyectos Nacionales y sus Estrategias
vigorosidad de sus ideas.
Ha dejado un legado que es arma de lucha para aquel que aspire a la libertad de su pueblo.
ón Numérica.ñanza de la Matemáticaó sus preocupaciones por la enseñanza de las ciencias a niveles noémicos.últimos tiempos de su fructífera vida, la epistemología tanto como la sociopolíticaífica fueron objeto de sus estudios. Entre los considerandos epistémicos más relevantesél abordados se encuentra el hecho de sostener que los aspectos esenciales delépocano son lo suficientemente difíciles como para escapar a laón de las grandes mayorías. Creía en la necesidad de pensar las actividadesón de su aporte a la construcción efectiva de una sociedad cuyasísticas se hubieren definido previamente (plano de la política). Ello exigiría un intensoítico que reemplace al actual. Frente aécnicoeconómica de que tales alternativas no existían, destacabaón previa de susón.ó una fuerte crítica a las normas que rigen el desarrollo de las ciencias. Opinaba queón por los métodos cuantitativos encubre, en la ilusión de la libertad de investigación,ón del científico a las estrategias de expansión del capitalás libre de los condicionamientos económicos. Publicaciones como Ciencia,ítica y Cientificismo; Hacia una Política Científica Nacional y Marco Históricoreflejan la
I. Prefacio.
En este peque
cient
casos es muy necesario apoyar las afirmaciones discutibles con estudios sistem
mayor n
cualitativa, basada en poco m
‘veinte a
Sociolog
La
ocupado de estos puntos de vista, y dada la actualidad de los problemas es preferible
enunciarlos a este nivel a esperar un estudio acad
indefinidamente. Tal vez este planteo contribuya a disminuir su demora.
Lo antedicho se refiere a las afirmaciones confirmables o refutables de este trabajo, y no a
su componente normativa. Aqu
ser rechazada o aceptada independientemente de la validez de las consideraciones generales
que esta propuesta me ha sugerido. A m
revolucionaria que conduce a un nuevo tipo de ciencia que no es ‘inferior’ a la ciencia actual, y
que no es obligatorio aceptar los criterios valorativos de
Ciencia. Otros preferir
positivo en la propuesta en s
Por el contrario, se notar
actual y una descripci
Se omite la primera porque este ensayo est
tienen formadas sus convicciones al respecto. No se trata de hacer proselitismo contra el
sistema sino de discutir que pueden hacer los ya convencidos. Y se omite la segunda porque
es uno de los grandes temas a desarrollar.
Dado el car
discusi
posiciones b
‘F
‘Totalitaria’, stalinista estereotipada;
‘Reformista’, defensora del sistema actual pero en su forma m
admitiendo las cr
‘Rebelde’ o revolucionaria, intransigente ante los defectos del sistema y ansiosa por modificarlo
a fondo.
F
porque ninguna de ambas puede tener ya vigencia pr
en ejemplos hist
entre Reformistas y Rebeldes.
Los Reformistas se atribuyen como m
muchas veces es cierto. Capitalizan ese m
presuponer que no son cuatro sino tres las posiciones posibles –dos extremos y un justo
medio y por lo tanto quien est
Los rebeldes tienen que luchar contra esa magia del n
demostrar que no son F
Totalitarios. Tampoco les es f
Reformismo est
los F
Tambi
posici
actitud sensata: la ‘realista’, avalada por la experiencia. Toda ‘innovaci
realismo a su mayor enemigo y es desechada por
En esta cuarta posici
esquem
sistema social sobre la ciencia, las caracter
ideol
He tomado como motivaci
nuestro pa
en el periodo 19551966.
A esta Facultad estoy ligado, con interrupciones, desde 1939.
Reorganizada durante los a
principales decisiones sobre su funcionamiento y se form
su personalidad y lanzada luego a toda carrera hasta la ca
ño volumen se plantean algunas cuestiones de cierta trascendencia para elífico sensible a los problemas sociales, y desde un punto de vista poco ortodoxo. En estosáticos y con elúmero posible de referencias y datos, pero aquí sólo se encontrará una exposiciónás de veinte años de participación en la comunidad científica –yños no es nada’y en apenas dos o tres incursiones como dilettante en el campo de laía de la Ciencia.única excusa que puedo ofrecer es que los especialistas de este campo no se hanémico que puede demorarseí se propone una actividad concreta a los científicos, que puedeí me ha parecido importante insistir en la actividadésta, ni conveniente para la mismaán pasar por alto toda esta discusión metacientífica y ver si hay algoí, con las especificaciones que aquí se dan.á que falta una justificación seria del rechazo del sistema socialón aunque sea somera del que lo reemplazaría.á dirigido en primer término a aquellos que yaácter francamente ideológico del contenido, es oportuno puntualizar que en todaón de este tipo la máxima simplificación que puede hacerse es considerar cuatroásicas:ósil’, o reaccionaria pura;ás moderna y perfeccionada,íticas ‘razonables’. Desarrollismo.ósiles versus Totalitarios es la alternativa maniquea con que se nos sugestiona. Es irrealáctica en gran escala, aunque la tuvieronóricos muy publicitados, y se ven aún algunas imitaciones. La oposición real esérito combatir a los Fósiles y a los Totalitarios, lo cualérito en forma de ‘falacia triangular’, que consiste ená contra ellos es Fósil o Totalitario.úmero tres. Les cuesta pocoósiles, pero como enemigos del Reformismo se los acusa deácil esclarecer su oposición a un sistema que a través delá prometiendo constantemente enmendarse y descargando sus culpas sobresósiles. Es una situación que clama a gritos por su Molière.én cuando se habla de planes y posibilidades se repite este esquema. Hay unaón ‘pesimista’ y otra ‘utópica’, frente a cuyos extremos existe supuestamente una solaón’ atrevida tiene en eseél como utópica.ón nos ubicamos al exponer aquí –de manera sin dudas muyática y superficialalgunas de las opiniones personales sobre la influencia de nuestroísticas actuales y el papel del científico queógicamente se identifica con aquella cuarta posición.ón y arco de referencia un fenómeno bastante atípico ocurrido enís: la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires,ños siguientes a la caída de Perón –cuando se tomaron lasó el núcleo de profesores que le daríaída de Illia, ‘Exactas’ se convirtió
r
En ella se vivi
quiera llam
ilustraci
El somero an
todos los factores que all
incidental al objetivo de estas p
para que se liberen del culto a una ciencia adaptada a las necesidades de este sistema social y
dediquen su talento a preparar cient
ciencia nueva.
ápidamente en centro de interés, crítica y aplauso dentro y fuera de la Universidad y del país.ó un intenso ensayo de ‘tercera posición’ –reformismo, desarrollismo o comoársele que mostró bien a las claras sus limitaciones ideológicas, y puede servir deón para casos análogos en Latinoamérica.álisis de su evolución que se intenta en el último capítulo, no hace justicia aí jugaron, pero valga como primera aproximación. De todos modos eságinas: hacer un llamamiento a todos los científicos politizadosíficamente su reemplazo por un sistema nuevo, con una
II. Ciencia Politizada.
Hay cient
nuestro pa
Lo consideran irracional, suicida e injusto de forma y fondo; no creen que simples reformas
o ‘desarrollo’ puedan curar sus males, sino s
aceptan sus normas y valores –copiados servilemente, para colmo, de modelos extranjeros;
no aceptan el papel que el sistema les asigna, de ciegos proveedores de instrumentos para uso
de cualquiera que pueda pagarlos, y hasta sospechan de la pureza y neutralidad y apoliticismo
de las
A estos cient
funcionando como engranajes del sistema –dando clases y haciendo investigaci
abandonar su oficio y dedicarse a preparar el cambio del sistema social como cualquier
militante pol
a casa actividad, con la consiguiente inoperancia en ambas.
Este dilema tiene un cuarto cuerno, mencionado muchas veces pero a nivel de
la ciencia para ayudar al cambio del sistema
la de implementaci
que lo va a sustituir.
Sostengo que esto es mucho m
de adaptaci
por completo: es m
Pero creo que adem
sistema social como cualquier otra de sus caracter
desarrollar la investigaci
ciencia no s
Con estas p
dificultades, posibilidades e implementaci
conclusiones resulten igualmente v
N
‘problemas nacionales’ y a hacer ciencia aplicada o funcional, que muchos ven
–y a veces practicandoen
la Universidad. Esta pr
natural era a interpretarla como reformismo o desarrollismo: b
sistema.
As
plante
prometieran ocuparse un poco m
industriales, y los bi
para el cambio. Indudablemente eso era preferible a dedicar todos los esfuerzos a estudiar
part
apoy
quedaba la amarga y t
el pa
Esa sospecha era correcta y hemos tardado demasiado tiempo en descubrirlo. Nos queda el
consuelo de tontos de ver que las ideas al respecto tampoco est
intelectuales del resto del mundo, de todas las tendencias. Por eso, muy lejos de m
intenci
pr
denominaci
del sistema. No hay riesgo de confundir lo siguiente con desarrollismo:
íficos cuya sensibilidad política los lleva a rechazar el sistema social reinante enís y en toda Latinoamérica.ólo disimular sus síntomas más visibles. Noélites científicas internacionales al imponer temas, métodos y criterios de evaluación.íficos rebeldes o revolucionarios se les presenta un dilema clásico: seguirón ortodoxaoítico. El compromiso usual ante esta alternativa extrema es dedicar parte de tiemposlogan: usar, tanto en la etapa de lucha por el poder como enón –y definición concreta previadelás que un slogan, o puede serlo, pero requiere un esfuerzoón muy grande por parte de los científicos; tal vez mayor que abandonar la cienciaás difícil soportar la etiqueta de pseudo científico que de excientífico.ás que la llamada ‘ciencia universal’ de hoy está tan adaptada a esteísticas culturales, y por tanto el esfuerzo porón seria del cambio total puede producir, a plazo no muy largo, unaólo revolucionaria sino revolucionada.áginas quiero provocar una discusión más a fondo de esta alternativa: susón en el contexto argentino (aunque muchas de lasálidas para otros países dependientes).ótese que esta posición está emparentada con el constante llamamiento a ocuparse de losíamos haciendoédica era insatisfactoria porque la tendenciaúsqueda de soluciones dentro delí, cuando en inumerables reuniones de profesores en la Facultad de Ciencias Exactasábamos esta problemática nacional, el resultado más positivo era que los físicosás de semiconductores, los químicos, de procesosólogos de los problemas pesqueros, con variantes de igual ‘trascendencia’ículas elementales, topología algebraica o metabolismos de carbohidratos; pero cuandoábamos al Departamento de Industrias, al Instituto de Cálculo o al de Biología Marina, nosácita sospecha de que tal vez a eso lo aprovechaba más el sistema queís.án muy claras entre losí laón de pensar esto como ‘autocrítica’. La alternativa que estoy discutiendo es en laáctica muy diferente a esa problemática nacional, pero cabe formalmente en la mismaón ya que supone reconocer que el problema nacional por excelencia es el cambio
La misi
ciencia, los problemas del cambio de sistema social, en todas las etapas y en todos sus
aspectos, te
ón del científico rebelde es estudiar con toda seriedad y usando todas las armas de laóricos y práctico. Esto es hacer ‘ciencia politizada’.
Por qu
cuando se examinan las enormes dificultades que se presentaban:
1)La mayor
fervorosamente en una imagen de la ciencia, sus valores, su misi
‘cientificismo’ (aunque este t
Un cientificista no puede aceptar ocuparse de problemas relacionados con la pol
esa no es una actividad cient
Norte orientan las actitudes y opiniones de nuestros investigadores y sancionan virtudes y
pecados. En todo caso ese campo corresponde reservarlo a la Ciencia Pol
considerada una ciencia de segunda categor
2)Era un salto en el vac
casi todos los esquemas te
No hab
etapa declarativa y llevar una proposici
marcos de referencia, c
ejemplo. ¿No alcanza acaso con que se ocupen de eso los cient
parec
atacable con un bagaje te
era otra cosa que un
3)No hab
semejante campo de investigaci
dentro de la Facultad era mayor
grupo de quienes condenaban globalmente el sistema social actual.
Por otra parte, proponer abiertamente que la investigaci
huele peligrosamente a totalitarismo.
4)No hab
tecnol
frente a las escasas perspectivas de una acci
dificultades –de iniciar su an
ver qu
é no se planteó antes en serio esta misión en nuestro país es difícil de comprendería de los científicos argentinos –aún los que se decían de ‘izquierda’creíanón, que podemos llamarérmino fue usado de muy diversas maneras, no siempre claras).ítica porqueífica legítima según las normas de quienes desde el hemisferioítica, que esía.ío que requería una gran autonomía de pensamiento y el rechazo deóricos ortodoxos.ía un concepto claro de su contenido. No existían recetas establecidas para superar laón a la práctica: por dónde empezar, cuáles son losómo se hace un plan de trabajo, qué papel tiene un físico en ella, poríficos sociales? Aún para éstosía un campo muy difuso y general: más ideología que ciencia concreta, muy difícilmenteórico del hemisferio Norte, el único disponible. Como hemos dicho, noslogan.ía fuerza política. Sólo en broma podía pensarse que la Facultas propusieraón a sus docentes sin ser intervenida a las 24 horas. Tampocoía –ni mucho menoselón se oriente por motivos ideológicos,ía convicción política: la posibilidad de que el simple desarrollo científico yógico a la manera del hemisferio Norte facilitara el cambio a la larga, era muy atractivaón directa. Trataremos ahora de analizar estasálisis, sería más correcto deciryé salidas han tenido o pueden tener.
III. El Cientificismo.
Comenzaremos analizando la actitud ante la ciencia que prevalece entre los cient
argentinos.
En pocos campos es nuestra dependencia cultural m
percibida. Eso ocurre en buena parte porque el prestigio de la Ciencia –sobre todo de la ciencia
f
tan aplastante, que parece herej
para ayudarnos a nosotros, en este pa
Se toleran, s
inofensivas cr
supuesto pasado feliz precient
dudan de su instituci
forman un grupo social homog
ascenso, y una lealtad completa –como en el ej
basada en una fuerza m
Este grupo es realmente internacional; atraviesa cortinas de cualquier material (por ahora el
bamb
hemisferio Norte: los Estados Unidos, Europa, la URSS. All
se sanciona, porque no hay decisiones muy expl
son los temas de mayor inter
ciencia, y all
Nobel y otros reconocimientos menos aparatosos pero igualmente efectivos para otorgar
‘status’. All
Este liderazgo es aceptado por dos motivos contundentes: all
m
aspirar a fama cient
para una sociedad opulenta, la que oblig
defensiva. Y por si fuera poco, es la que gener
cumbres de la humanidad, capaces de producir emociones tan profundas como la revelaci
m
Los medios de difusi
manera, destacando su infalibilidad, su universalidad, presentando a las ciencias f
arquetipo y a los investigadores siempre separados del mundo por las paredes de sus
laboratorios, como si la
y en condiciones controladas, ‘in vitro’. Su historia se nos presenta como un desarrollo unilineal,
sin alternativas deseables ni posibles, con etapas que se dieron en un orden natural y
espont
hecho, cuya evoluci
interfiera con su motor fundamental: la libertad de investigaci
solemne).
Es natural, pues, que todo aspirante a cient
crea que cualquier direcci
perfeccionarse, y una vez recibido su espaldarazo mantenga a su regreso –si regresaun
v
cree que eso es libertad de investigaci
docena de diarios es libertad de prensa.
íficosás notable que en éste, y menosísica, máximo exponente de este sistema socialesía tratar de analizarla en su conjunto con espíritu crítico, dudar de su carácter universal, absoluto y objetivo, pretender juzgar a las tendencias actuales, sus criterios de valoración, su capacidadís, a salir de nuestro ‘subdesarrollo’.í –con sonrisas de superioridad comprensivalasíticas contra la bomba atómica, o el ‘despilfarro’ de dinero en viajes espaciales, o las añoranzas de unífico: son cosa de Fósiles. Pero los científicos del mundo noón: ellos están mucho más unidos que los proletarios o los empresarios;éneo y casi monolítico, con estrictos rituales de ingreso y deército o la iglesiaperoás poderosa que la militar o la religiosa: la verdad, la razón.ú sigue siendo algo impermeable), pero acepta incondicionalmente el liderazgo delí es donde se decide –o mejor dichoícitascuálesés, los métodos más prometedores, las orientaciones generales más convenientes para cadaí se evalúa en última instancia la obra de cada científico, culminando con premiosí está la élite de poder del grupo.í se creó y desarrolló la cienciaás exitosa, y el grupo no constituye una casta cerrada ya que cualquier estudiante puedeífica. La ciencia del Norte es la que creó las precondiciones tecnológicasó a los militares a pedir ayuda y tiene a la religión a laó las ideas, conceptos y teorías que son obrasónística, el goce estético o el uso del poder, para decirlo de la manera más modesta posible.ón de nuestra sociedad ensalzan estas virtudes de la Ciencia a suísicas comoúnica manera de estudiar el mundo científicamente fuera por pedacitosáneo y desembocaron forzosamente en la ciencia actual, heredera indiscutible de todo loón futura es impredecible pero seguramente grandiosa, con tal que nadieón (esto último dicho en tono muyífico mire con reverencia a esa Meca del Norte,ón que allí se indique es progresista y única, acuda a sus templos aínculo más fuerte con ella que con su medio social. Elige alguno de los temas allí en boga yón, como algunos creen que poder elegir entre media